Una de las características del Libro de Horas de Gillet Hardouyn, depositado en la Biblioteca de la Academia de las Ciencias de Budapest, es que no se trata de un códice manuscrito, sino de un libro impreso. Sin embargo, evoca las características materiales de los manuscritos, puesto que fue impreso sobre pergamino e iluminado con imágenes coloreadas a mano. Por su técnica y por su datación, pertenece a un período de transición en el cual los manuscritos poco a poco se estaban viendo desplazadados por los libros impresos. El libro de horas que nos ocupa combina aspectos de ambas épocas (medieval y renacentistas): la decoración está compuesta de grabados en madera, si bien las miniaturas a toda página, y algunas de las de menor tamaño, fueron coloreadas a mano con acuarelas.
El segundo aspecto que hace a este libro de horas diferente, respecto a la mayoría de los ejemplares ejecutados artesanalmente, es que no se trata simplemente de uno libro de oraciones, sino también de un devocionario o libro de meditación. Así, contiene textos del Nuevo y el Antiguo Testamento, decorados con grabados, dispuestos al estilo de la Biblia Pauperum, de modo que ciertas escenas de los Evangelios encuentran su prefiguración teológica en otros pasajes de la Ley mosaica. Esta dimensión dialógica entre ambos textos amplía el calado espiritual del texto del libro, que deja de tener una función mnemotécnica para vislumbrar unas cotas más elevadas de reflexión y devoción, mirando hacia el futuro. No debemos olvidar que nos encontramos ya en una época (principios del siglo XVI) en la que empiezan a circular traducciones en lenguas vernáculas de las Sagradas Escrituras, con lo cual el acceso a los textos esenciales del cristianismo eran más familiares a los usuarios de este tipo de libro. Ya no bastaba con reproducir pequeños fragmentos de la Pasión o de algún Evangelio concreto; había que seducir al posible comprador con un mayor surtido de alicientes religiosos.
El libro, que está escrito principalmente en latín, posee un encabezamiento que alude a una procedencia francesa: "Heures a lusaige de Romme tout au long sans riens requerir. Auec les figures de lapocalipse et plusieurs aultres hystoires: tant de lancien que du nouueau testament. Nouigement imprimees a Paris par Gillet Hardouyn imprimeur et Libraire de luniversite de Paris: demourant au bout pont nostre dame deuant saint Denis de la chartre a lens own de la Rose", es decir: (Libros de horas) al uso de Roma en toda su extensión, sin necesidades adicionales. Con figuras del Apocalipsis y de muchas otras historias, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Publicado de nuevo en París por el impresor y librero de la Universidad de París, Gillet Hardouyn, al final del puente de Notre Dame, al otro lado del monasterio cartujo, en la Casa Rosa. Asimismo, se puede ver el emblema de Hardouyn en la primera página del libro: describe una escena mitológica donde Hércules, con su arco y su flecha, apunta al centauro Neso, que se lleva secuestrada a Deyanira. La imprenta y librería de Hardouyn fue uno de los establecimientos más importantes en la producción y distribución de libros de horas impresos a finales del siglo XV y principios del XVI.
Aunque el libro proporciona una información precisa y completa sobre el título de la obra y quién la fabricó, omite sin embargo el año de impresión, tanto en la primera como en la última página. Aun así, gracias al análisis del calendario de Pascua que incluye el volumen (en el cual se prevé en qué fecha caerá desde 1510 hasta 1531), hay que concluir que apareció en ese primer año, o a finales del año anterior.
El libro de horas depositado en la Biblioteca de la Academia de las Ciencias de Budapest no es un volumen que satisfaga los deseos concretos de un cliente especial, como solían hacer los manuscritos iluminados medievales, ya que se produjeron varias copoas del mismo, sin ningún género de dudas. Tampoco se ajustaba a peculiaridades de un país o diócesis en concreto, como sí hacían los ejemplares del siglo anterior; el hecho de estar confeccionado según "el uso de Roma" da a entender que se dirigía a un público genérico, cosmopolita, lo cual favorecía su exportación. Este carácter 'anónimo' se refleja también en las ilustraciones, ya que todas las que aparecen en el libro son de carácter tradicional, sin rasgos personales o alusiones a un propietario en concreto. Incluso en la primera página figura un espacio en blanco, destinado para la impresión del escudo de armas o emblema familiar del propietario. Por ello, no es posible determinar el modo en que este libro fue a parar a Italia, ya que se sabe que en el siglo XIX perteneció a la familia Gazzaniga y fue depositado en la biblioteca Carimate, como delata el sello de la misma. En el año 1929 el ejemplar llegó a la Academia húngara (con la signatura Ant. 76), junto con otros libros del conde Ferenc Vigyazo, quien pagó por él una suma muy elevada, 450 florines.
El volumen consta de 92 folios con un formato de 235 x 148 mm, y en su estado original estaba encuadernado en terciopelo con cierres de plata. Durante la restauración del ejemplar, salió a la luz una encuadernación original en piel.