Libro de Horas de Carlos de Angulema


Con la signatura Latin 1173, en la Biblioteca Nacional de Francia se encuentra depositado un manuscrito con el nombre genérico de Horae ad usum Parisiensem, datado entre1475 y 1500. Con textos en latín, consta de 115 folios en pergamino y tiene un formato de 21,5 x 15,5 cm. Su encuadernación actual en piel roja no es la original, sino que se remonta al siglo XVIII, mostrando las armas reales. En los folios 9v, 1 y 24 v figuran las armas de la casa de Orleans-Angulema.



Este libro de horas fue ejecutado para Carlos de Angulema, padre de Francisco I. Consta de iniciales doradas o pintadas sobre fondo de color, de las cuales algunas son historiadas; siete miniaturas de gran formato, 17 grabados coloreados (varios de ellos firmados con las iniciales I. M., Israel von Meckenem) y 24 miniaturas en el calendario franciscano.



Las miniaturas que contiene este manuscrito iluminado son las siguientes: f. 25, Cristo en majestad, f. 30 Anunciación, f. 46 Pentecostés, f. 48 Natividad, f. 52 Anunciación a los pastores, f. 56 Adoración de los Magos, f. 60 Presentación en el templo, f. 80 Herodes ordenando la masacre de los inocentes, f. 94 Muerte de Centauro, f. 118 San Jorge, f. 130 Jesús lavando los pies a los apóstoles, f. 160 Prendimiento, f. 166 Jesús ante Caifás, f. 172 Flagelación, f. 186 Escarnio de Cristo, f. 190 Ecce Homo, f. 194 Pilatos lavándose las manos, f. 200 Jesús portado la cruz, f. 206 Preparación de la Crucifixión - Crucifixión, f. 224 Descendimiento de la cruz - Piedad, f. 232 Resurrección y 238 Jesús partiendo el pan en Emaús.




La originalidad de esta obra iluminada la convierte en uno de los libros de horas más singulares que se conocen. Su audacia es fruto de un consenso intelectual entre el maestro iluminador, Robinet Testard, y el comitente, ya que sobrepasa los límites del género como un libro pensaba exclusivamente para la devoción personal de su propietario y alcanza la categoría de pieza artística concebida para el placer y el disfrute. Lo cierto es que el ambiente de la corte francesa de la época se caracterizaba por un espíritu licencioso y desinhibido en cuanto al ámbito religioso, y eso se traduce en la abundancia de referencias mundanas a lo largo del manuscrito, en el cual hay espacio para aspectos que poco tienen que ver con la devoción, como la novela cortés, la caballería, las relaciones de la corte o una visión idealizada del campo y la naturaleza.



La participación en la iluminación de Robinet Testard se concentra sobre todo en las ilustraciones de temas profanos, mientras que aquellas de estricta temática piadosa el ciclo de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo) se deben a los grabados de Israël van Meckenem y a Jean Bourdichon.





Entre las miniaturas que destacan por su novedad, se encuentra la danza de la Anunciación a los pastores, que más bien parecen cortesanos de picnic por su refinamiento amanerado; la escena de la Muerte del Centauro, con la mujer salvaje sobre su lomo, con su doble dimensión alegórica (moral, como lucha entre el bien y el mal, y política, como traslación de la muerte de Luis XI y su hija Ana de Beuajeu); y la escena del príncipe San Jorge en Capadocia y la reina de Lidia, más propia de una novela de caballería que de un libro de horas.






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